jueves, 7 de mayo de 2009

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Espinas que nacian del corazon se me clavaban en el alma y me exanguinaban, el dia habia sido duro y la noche solo prometia mas dolor, me decidi a salir de mi habitacion para buscar en cualquier callejon unos labios con sabor a alcohol que me ayudaran, aunque fuera solo una noche, a olvidar todo el sufrimiento que me ahogaba.
Paseando por los oscuros callejones los ojos de la gente me observaban con miradas vacias y cada vez me sentia mas solo, habia abandonado a mi gente esa noche para buscar consuelo en el lugar equivocado, el alcohol hacia que la gente solo viera pasar ante ella la sombra de un pobre diablo con el corazon roto y la cabeza caida, entonces supe que nadie me haria sentir mejor, tan solo el alcohol me ayudaria esa noche a combatir la pena con el olvido.
El frio y la lluvia me calaban cada vez mas asi que me abri paso a empujones y entre en el primer garito de mala muerte que encontre, me acerque a la barra y sin mirar siquiera al camarero le pedi un whisky, sin hielo, sin mierdas, agarre el vaso como si en ello me fuera la vida y en dos tragos di buena cuenta del contenido, mire a mi alrededor y vi todo lo que se puede ver de noche, niñatos repeinados que se creen que son la ostia porque llevan la camisa por dentro del pantalon y un diamante de pendiente como cualquier estrella del futbol, chicas jovenes, incluso alguna menor de edad, vestidas como vulgares putas que te comen el morro a la primera copa que les invitas, y la polla a la tercera...
colas en los baños de la discoteca para vomitar, mear y meterse su loncha de coca.
Un whisky no es nada para mi, pero curiosamente la pena y el dolor me abandonaban y eso me hacia sentir mejor, hasta que me di cuenta que era porque otra sensacion recorria mi cuerpo cada vez con mas fuerza, me daba asco todo cuanto me rodeaba y sentia que cada vez perdia mas la fe en el ser humano, y por ende, cada vez tenia menos oportunidades de encontrar alguien a quien dar lo poco bueno que me quedaba dentro.
A cada momento la noche empeoraba, caminaba chocando a proposito con los idiotas que encontraba a mi camino buscando pelea, no encontre desahogo, tan solo insultos y amenazas, la gente no tiene realmente cojones, solo la boca muy grande.
Al doblar una esquina una mano me sujeto desde detras y una voz amiga me llamo por mi nombre, me volvi desilusionado, no queria compañia amiga esa noche, no queria joderles a ellos con mis historias. Era un viejo amigo, que arrastras me llevo sin hacer preguntas al garito donde se encontraba el resto de mis amigos, llevaban un rato preguntandose donde estaria y la alegria al verme aparecer fue general, y empezamos a beber como siempre lo hacemos, como los jodidos borrachos que somos, y la compañia de los amigos, la quieras o no, siempre ayuda y si bien mi alma empezaba a clarear un poco, las oscuras nubes de mi corazon no desaparecian del todo, y al cabo de un rato tambien mi vision empezo a nublarse.
La mitad de una copa de whisky resbalaba por mi garganta y la otra mitad se escurria por mi cuello, mientras intentaba limpiar un poco mi camiseta oi gritos llamandome, peroo habia desperdiciado mucho alcohol y antes de acudir a la llamada decidi pedir otra copa, al llegar hasta la amiga que me llamaba me dijo que queria presentarme a alguien, de detras de una mesa con una columna de chaquetas salio una chica, pero tampoco le di mucha importancia, me acerque a ella, le dije: "encantado" y le di dos besos, y en el momento que me alejaba y me fije en su rostro senti como si me hubieran dado con un inmenso mazo en el pecho, la copa llena se me cayo al suelo rompiendose en mil pedazos y salpicandonos a ambos, en ese momento me senti tremendamente gilipollas y senti que la habia jodido, cuando volvi a mirarla ella me observaba divertida con una sonrisa dibujada en el rostro mas hermoso que habia visto jamas, acerco sus labios a mi oido y me dijo: "te invito a una copa".
Pasamos un largo rato hablando hasta que me fije en que su camiseta estaba mojada, me dijo que la habian empujado y que se le habia caido el cubata encima, y yo en un alarde de inteligencia cogi mi copa y me la tire por encima gritando al aire que ya estabamos los dos igual, en ese momento, viendola reir y llamandome loco senti las penas desaparecer de mi corazon.
Cuanto whisky habia desperdiciado esa noche, y que feliz me hizo sentir.
Sere un pobre diablo, pero tengo un angel que da luz donde antes solo habia sombra, y por eso la quiero mas de lo que nadie pueda llegar a imaginar.